CONSEJO DE LOS DERECHOS HUMANOS
10ª SESIÓN EXTRAORDINARIA
Ginebra, 20 de Febrero de 2009
"El impacto de la crisis económica y financiera mundial sobre la aplicación efectiva y universal de los Derechos Humanos"
Una constatación alarmante
Las organizaciones firmantes toman nota del deseo expresado por la comunidad internacional de tratar la crisis económica y financiera mundial desde la perspectiva de los Derechos Humanos. En efecto, Señor Presidente, si esta crisis es de dimensión planetaria, sus efectos afectan primero a los seres humanos, millones de familias, de hombres, de mujeres y de niños y más particularmente a los más débiles.
Debido a la interdependencia de las economías, no hay ya ningún país que se salve de una crisis que se traduce para todos en pérdidas de empleo, de vivienda, de acceso a la sanidad y a la alimentación, a una escala sin precedente. Tanto en el sur como en el norte, los sectores de población que ya eran los más vulnerables se ven más severamente afectados por los efectos de la crisis. En el caso de personas que ya se encontraban en una situación precaria, la crisis no pone en cuestión su bienestar, amenaza su vida.
Riesgos concretos
Señor Presidente, la pauperización y la precariedad, constituyen un terreno abonado para el desarrollo de prácticas de exclusión, la estigmatización de personas o de comunidades minoritarias, en particular los emigrantes. Tales derivas ya son perceptibles en los individuos pero, por desgracia, también en las disposiciones de alguna políticas públicas en materia de emigración, de protección social y de salud.
Los recortes presupuestarios provocados por la crisis llevan a numerosos estados a dar más importancia a medidas a corto plazo y a desprenderse de sus compromisos en programas de ayuda, especialmente en el ámbito de la educación y del desarrollo y, por lo general, de los derechos económicos, sociales y culturales, con las consecuencias que ya conocemos.
Finalmente, la reducción de la financiación pública de los programas de desarrollo, y también de los programas sociales y humanitarios puestos en marcha por la sociedad civil lleva a privar a las personas más desfavorecidas de apoyo en un momento en el que éste es vital.
Medidas esperadas
Señor Presidente, el carácter mundial de la crisis y su amplitud sin precedente reclaman una respuesta inmediata y concertada de la comunidad internacional.
Frente a los riesgos de violencias sociales e intercomunitarias, los estados tienen que tomar todas las medidas necesarias para luchar contra el brote de fenómenos de intolerancia, de xenofobia y de rechazo para con las personas pertenecientes a grupos que ya se encontraban en una situación precaria, en particular se debe luchar contra la discriminación de los emigrantes y miembros de minorías.
Las personas más pobres tienen que ser objeto de una especial atención por parte de las autoridades.
Recordando el carácter indivisible e interdependiente de los derechos humanos, exhortamos a los estados miembros a poner en marcha los objetivos del milenio y a cumplir los compromisos que han suscrito en materia de derechos económicos sociales y culturales, en particular durante la Conferencia de Viena (1993) y la Cumbre Social de Copenhague cuya declaración final estipula que "cada ser humano se encuentra en el centro del desarrollo y de las economías orientadas a satisfacer mejor las necesidades de la población ".
Exhortamos a los estados miembros y los órganos competentes de las Naciones Unidas a integrar plenamente los Derechos Humanos en los nuevos mecanismos económicos y financieros que nacerán de la crisis, haciendo del ser humano el corazón y el fin de sus dispositivos.
Declaración común presentada por las organizaciones no gubernamentales subsiguientes, dotadas de status consultivo ECOSOC :
- Bureau International Catholique pour l’Enfance (BICE)
- Caritas Internationalis
- Dominicans for Justice and Peace (Order of Preachers)
- International Catholic Commission for Migrations (ICMC)
- OIDEL
- Point Cœur