En la última cumbre del G-8 en L'Aquila (Italia) los dirigentes de las ocho principales potencias económicas del mundo decidieron invertir 14.000 millones de euros para la lucha contra el hambre en el mundo. El primer ministro de Kenia, Raila Ondiga, ha expresado su malestar ante la cifra: "Tal vez los 20.000 millones de dólares (14.000 millones de euros) destinados durante la última cumbre del G-8 sean una miseria si se comparan con las cantidades de dinero público destinados a combatir la crisis económica en los países del Norte ". A pesar de la duda, Ondiga ha declarado que la cifra puede ser "un buen comienzo".
De los 14.000 millones de euros, 500 millones provendrán del Gobierno español. Con el aumento de la inversión agrícola en los países más empobrecidos durante los próximos tres años, se espera reducir el creciente número de personas que padecen hambre. Sin embargo, varias ONG como Intermón Oxfam o Cáritas han denunciado que los compromisos del G-8 no garantizan la seguridad alimentaria de los países empobrecidos.
Los países del Norte y los Estados africanos representados en la cumbre del G-8 de L'Aquila, además, firmaron un acuerdo para garantizar el acceso al agua de los ciudadanos de África, basado en el principio de responsabilidad compartida . Así, los países firmantes del documento se comprometen a movilizar los recursos necesarios para garantizar el acceso y definir un plan de inversiones en este campo.
Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el número de personas que padecen hambre ha ascendido hasta los 1.020 millones durante este año debido a la crisis financiera y a los altos precios de los alimentos. En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente Medio y 15 millones en los países del Norte.
Fuente: Canal Solidario